Como lo hemos conversado en otros artículos, el futuro del empleo parece traer consigo más automatización, más inteligencia artificial y, en general, importantes cambios en los tipos de trabajo a los que todos podremos acceder. Esto, como se ha comentado, puede (y va a) tener significativas implicaciones sociales y económicas. ¿Quién podrá acceder a estos empleos? ¿Cómo vamos a capacitar a la mayoría de la población en habilidades que no sean sustituibles por maquinaria o inteligencia artificial? ¿Qué trabajos quedarán para aquellos que no cuenten con un set de skills técnico altamente desarrollado?
Estas preguntas son fundamentales, y si bien buena parte de las respuestas caen en el sistema educativo formal y la estructura del mercado laboral y la economía del país, creo que podemos encontrar avances interesantes en las tecnologías que se están implementando en dos áreas principales: e-learning (o educación por internet) y reclutamiento de personal. Si bien en el Perú estos sectores no están altamente desarrollados ni cuentan con la popularidad que encontramos en otros lados, ya hay experimentos que parecen indicar que acá podremos encontrar herramientas claves para minimizar el impacto negativo y prepararnos para los cambios que veremos (y estamos viendo) en el mercado laboral.
El e-learning ha tomado un rol fundamental en la democratización de la educación, sobre todo cuando el Estado no cumple con modernizar este sector. Es más dinámico y adaptable que el sistema educativo formal y, hasta cierto punto, más accesible. Pero, hasta el momento, ha estado enfocado en personas que ya cuentan con cierto nivel educativo y buscan especializaciones. Si queremos que juegue un rol protagónico en la capacitación de la población que en mayor riesgo se encuentra que su trabajo sea sustituido, hay que sacarle provecho a colaboraciones con las empresas. Esto con miras a generar el entrenamiento a los nuevos trabajos, sin requerir demasiados conocimientos o títulos previos, generando educación online que sea práctica y eficiente.
En cuanto a los sistemas de reclutamiento y selección, podemos observar que las tecnologías no solo van a quitar/transformar ciertos trabajos del mercado para quienes menos oportunidades tienen, sino que también mediante plataformas y mecanismos modernos de reclutamiento, podrán abrir puertas a trabajos más acordes y mejores sinergias entre empleados y empresas. Tecnologías de machine learning y procesamiento de data pueden, y están empezando a, abrir puertas para que personas hasta el momento excluidas o en condición de vulnerabilidad puedan tener mayor acceso a trabajos dignos acordes a sus perfiles.
Sin embargo, entendiendo el contexto peruano, donde la informalidad juega un rol fundamental, no todo se trata de que las personas puedan tener mejores chances de encontrar un trabajo formal. Es importante también utilizar la tecnología para llevar los recursos necesarios y mecanismos útiles a quienes actualmente manejan negocios informales o trabajan de manera independiente. Esto de la mano de desligar ciertos mecanismos de protección, como el seguro médico o de pensiones, de la condición de “empleado en una empresa formal”.
Si bien muchos de estos desarrollos tecnológicos ya se encuentran disponibles hasta cierto punto, la modernización del estado va a ser fundamental en estimular el uso de estos sistemas y desarrollar herramientas propias que pueden garantizar el llegar a las poblaciones más necesitadas. De igual manera, los cambios en el mercado laboral y las habilidades que pasarán a jugar un rol mayor en este, requieren que, como sociedad, pensemos profundamente sobre cómo valoramos ciertas actividades y empleos, y por ende, como los remuneramos.
Nunca en la historia de la humanidad hemos vivido procesos de transformación social tan rápidos como ahora y, más aún, como los que se vienen en los próximos años. Hasta el momento, nuestras políticas y regulaciones se han movido mucho más lento que los avances tecnológicos. Por lo que para enfrentar los cambios de los próximos años sin que nuestra sociedad se vuelva aún más desigual y solo algunos se puedan beneficiar de estas tecnologías, nuestros sistemas políticos deberán empezar a ser significativamente más dinámicos de lo que son hoy en día.
Muchos cambios están por venir y como sociedad debemos empezar a reaccionar si queremos que éstos sean de un carácter positivo para toda nuestra población.
Gustav Brauckmeyer – Coordinador de Juventud, Educación y Empleo